viernes, octubre 29, 2010

Quilmes y Cafayate

Como nos quedaba por recorrer las ruinas de los Quilmes que estaban muy cerca de Río de Arena, allí nos dirigimos...
El lugar es hermosísimo. Lo recorrimos con el guía que explicó todo con detalle, lástima que varios de nuestros hijitos se dedicaron a hacer pirquitas y escribir sus nombres con piedritas.

Algunas de las fotos:






Damián se dedicó a subir hasta los miradores y sus fotos son de las mejores. Nosotros nos quedamos a la sombrita con Ámbar.
A la tarde, ¡a Cafayate! Pero esa será otra historia.

"El Comedor de Doña Rogelia", lo más...

Considerando el precio que habíamos pagado la noche anterior en la cena en Rio de Arena, decidimos buscar otra alternativa para cenar, tal vez en Cafayate.
En el camino teníamos que pasar por Colalao del Valle, así que paramos a preguntar si había algúin restaurant o pizzería. Nos dijeron que preguntáramos en el Hotel. Allí nos dijeron no había nada abierto, salvo que preguntáramos en "lo de Doña Rogelia". Lo habíamos visto de pasada, pero al ver que tenía como un quincho abierto adelante, pensamos que mos íbamos a congelar.
LLegamos hasta allí y le preguntararon si tenía para darles de comer a 12 muertos de hambre y respondió que sí.
Nos bajamos todos, y nos acomodamos ( desacomodando a los dos pobres mesnuales que se tuvieron que pasar a única mesa).
El menú consistía en empanadas de carne y queso, o locro o milanesas. Obviamente, lo dijimos de todo.



La verdad, que la comida fue espectacular; bebidas: gaseosas y vino de damajuana, que al segundo pedido, ya Damián optó por irse a servir directamente.
Para calefaccionar el ambiente: un brasero como por lo menos yo no había visto nunca.






Cuando llegó la cuenta, cruzábamos los dedos: el total fue de $ 120 por todos.
Por eso le pedimos si para la noche siguiente, nos podía preparar algo, como un cabrito, chivito, etc. Nos dijo que no, porque no estaba su hijo pero unos pollos asados, sí. Sin dudar le dijimos que nos esperara. Así que el día siguiente después, nos volvimos a encontrar con ella.

Nos estaba esperando con empanadas, los pollos con papas fritas y milanesa con huevo frito para Damián. La verdad es que lo de Doña Rogelia es lo más.




jueves, octubre 28, 2010

Otra vez Tucumán

Nos despertamos temprano en un día de muuuucho frío. Después de desayunar, fuimos a recorrer la estancia.





De ahí, nos fuimos a Tafí del Valle, por un camino hermoso: Amaicha del Valle primero, Ampimpa después y un camino muy bonito aunque destruído.
Recorrimos Tafí y nos encontramos con la"caravanne" de la pareja francesa de la que nos hariamos amigos.
Decidimos armar picnic al lado de algún río.
Encontramos un lugar muy bonito;






También hubo tiempo para una siestita, que Guille y Damián aprovecharon




A la tarde, fuimos hasta una de las estancias más antiguas de la Argentina, que tiene tambo ( así Guille no extrañaba)...



Después fuimos volviendo. Pasamos por Amaicha del Valle, y un grupo llegó hasta el Remate.
De vuelta a Río de Arena, quedaba todavía lo mejor del día... pero merece capítulo aparte.

Ámbar a Cafayate

Saliendo tempranito, nos despedimos de la Capital de Salta, para empezar a irnos al Sur, hasta Cafayate.
El camino es uno de los más lindos que vimos en todo el viaje: lo mejor es que fuimos parando en todos los lugares más hermosos.


En la Garganta del Diablo, los más aventureros subieron hasta la parte más alta; después el sapo, el fraile, los Castillos, y el Anfiteatro. Ahí se estaba desarrollando un festival folklórico, así que nos quedamos bastante tiempo. Además de comprar unas empanadas, y dejar una ofrenda en la apacheta que hay en ese lugar, nos dedicamos a mirar los bailes que nos hacían acordar a alguien...









Después pasamos por Cafayate, para ver la plaza principal, en donde mateamos un rato, salvo algunos que se fueron a tomar unas cervecitas...








Retomamos la ruta 40 para ir hasta "Rio de Arena", en Tucumán, a 60 km. de Cafayate, donde nos quedábamos tres días.

El lugar era muy lindo y nos dividimos en las habitaciones sin haberlas visto. Los más afortunados fuimos el Gus y los Cabanis, porque en la de los Aldaces y Alvarez hacía mucho frío.

De todas maneras, descansamos bien para poder madrugar al otro día

miércoles, octubre 27, 2010

Ámbar en Salta

Después de descansar tooooda la noche, nos despertamos bien temprano para comenzar a recorrerla. Lo primero que hicimos, además de desayunar, fue ir a retirar los pasajes para el Tren a las Nubes, ya que el Gus y los Cabanis iríamos el día siguiente.

Después sobre la Balcarce, encontramos una vinería muy interesante que entraba en el city-tour.






Después fuimos a la Plaza principal y a la catedral que es es-pec-ta-cu-lar!!!!








Frente a la Plaza también está el Museo de Alta Montaña, donde están las momias que encontraron en el volcán Llullaillaico. Estaba expuesto todo el ajuar que encontraron allí y estaba expuesta la Doncella ( la mayor de las nenas).






Después de una investigación de Damián, pensamos que era una buena oportunidad para ir hasta el Dique Cabra Corral a hace rafting y canopy. Sólo había que apurarse para poder hacerlos. Así que sin dudar, nos dirigimos ( menos los Álvarez) hasta el Dique.
Difícil es explicar cómo hicimos ese camino... pero llegamos a tiempo.
Mientras esperábamos, tomamos unos aperitivos y comenzaron los preparativos para los valientes que iban a hacer el canopy de 4 cables: Damián y Oli, Guillo y Bruno.





La verdad es que se la bancaron como héroes. Oli fue acompañado por un instructor en los tres primeros tramos, pero en el último lo hizo solito, solito. Guille se lo bancó bien después de su "síndrome vertiginoso".

Luego, llegamos a la Capital otra vez y nos preparamos para el madrugón que íbamos a tener al otro día para ir al Tren a las Nubes.







Lo más emocionante del viaje fue llegar hasta el Viaducto La polvorilla. Ahí el Tren se detiene para poder ir hasta el mirador. Hay gente que viene desde San Antonio de los CobresL en el mirador la gente vende artesanías y después de 15 minutos volvimos al Tren para pegar la vuelta.




A la tardecita nos sirvieron la merienda, que era así:




La verda, que el viaje fue hermosísimo. Al llegar descubrimos en que se habían entretenido los que se quedaron en Salta el resto del día: en escribirle el auto al Gusti.

Al otro día, salimos temprano para ir a Cachi.El camino fue de una belleza increíble lo mismo que el propio pueblito. Primero pasamos por la cuesta del Obispo, el Parque Nacional de los Cardones y después por la recta del Tin-Tin.





Después de recorrer el Museo Arqueológico, la iglesia y la plaza, decidimos comprar unas empanadas y hacer picnic-ambarístico en la Plaza. Las empanadas fueron de queso, carne y quinoa. Después llegó la siestita.





A la tarde decidimos ir hasta el mirador, lo chicos se animaron a meterse en el río de Cachi.


Volvimos a Salta de noche y fuimos a cenar al Patio de la empanada, a "orillitas del canal".


Después a dormir que al otro día salíamos para Cafayate y "Rio de Arena".


 
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