Como no podía ser de otra forma, se demuestra que los hijos únicos necesitan hermanos. Tanto Bruno como Clément aprovecharon el tiempo que estuvieron juntos.
Jugando, aprendiendo francés bruno y español, Clément. Dibujaron...
Y también aprovecharon a charlar mientra caminaban para ir a tomar un helado de Romano.
También compartieron siestitas juntos, como en la casa de Barby