Despues fuimos para el otro lado, porque nos dijeron que habia una taperita, que encontramos rodeada de pircas.
Almorzamos y partimos hacia La Carolina. Analia nos habia reservado el turno, asi que cuando llegamos solo tuvimos ques esperar un ratito. Los chicos se divirtieron con el Minumento al Chizito ( o al minero).
Alli nos explicaron que deboamos colocarnos unas bolsas de plastico antes de ponernos las botas de goma, ademas de los cascos. Los chicos, en realidad todos, estabamos ansiosos.
La villa turística La Carolina data de 1792, año en que fue fundada por el entonces Marqués de Sobremonte, en honor a la esposa de Carlos III de España.
Este antiguo poblado tuvo su auge a mediados del siglo XIX, cuando un casual descubrimiento generó la más descabellada fiebre de oro que sufriera el país.
Muy pronto, la incipiente actividad minera generó que compañías inglesas y españolas llegaran hasta la región para extraer el oro que se albergaba en las montañas, eclipsando por completo la tradición pastoril y ganadera de la zona.
Alrededor de esta labor, comenzaron a construirse viviendas de piedra junto a calles angostas que culminaban en oscuros túneles, donde los mineros se adentraban en busca del mineral. Juan Crisostomo Lafinur naciò allí, hijo de quien fue el encargado de registrar el oro que salía de la mina.
Antes de llegar a la boca de la mina, nos mostraron el lugar dónde descansan los restos de Lafinur, lejano pariente de Borges ( hay más info). Lis restos los repatriaron de Chile el 13/08/2007 y reconstruyeron su casa natal y armarin el Museo de la Poesïa.
Despúes de todas las explicaciones del caso, encencimos las lucecitas de los cascos, y entramos...
Estubo realmente muy bueno. Despuçes de volver a la oficina donde nos cambiamos, los chicos se anotaron para hacer rapell, a lo que también se anotó Lucas.
Una de las mejores anécdotas ocurrió cuando los chicos hacán el rappel, pero esa es otra historia.
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