
Acordamos que empezaremos por Tucumán y que de vuelta, par no volver por el mismo lado, podríamos aprovechar y desviándonos muy poquito ir al Valle de la Luna y a Talampaya.
Kutú se dedicó a empezar a hacer el logo del viaje, mientras nosotros abrimos una de las botellas de vino casero hecho por Poroto y añejado durante años.


Luego a la tarde, comenzó la competencia de construcción de avionciros, por parte de los ingenieros aeronaúticos, Damián Y Américo:


A la tarde, llegó el Gusti así que tuvimos que vover a brindar por el viaje...