sábado, agosto 23, 2008

Y al final, se terminó... (ufa, reufa)

Deben haber sido una de las vacaciones de nuestras vidas...
Empezaron en un asado en el Parque Gral. San Martín, siguieron con las listas de planificación, la compra de elementos indispensables ( como las carpitas boquenses, - gracias La Anónima-), y el intento de no olvidar nada importante.
Aún no han terminado porque las siguimos recordando y reviviendo.
El compartir tiempo junto a Damián, Joli y Marita fue una experiencia no sólo divertida sino también enriquecedora. Los mates temprano con Damián, la charlas en la playa, el traslado de las carpitas cuando soplaba el vientito de la costa, el pensar y "...¿qué comemos?".
No todo está contado ( ni la persecución por parte de Fauna, ni los helados para los chicos, ni la cena con pescado al lado del bosque, ni la cantidad de veces que los chicos vieron Shrek en Navidad). Pero probablemente, no olvidaremos la destreza de Damián al volante a orilla del mar (con encajadas y todo), ni los interminables campeonatos de tejo y rayuela.
Tampoco, se me borrará la imagen de Marita pescando entre un grupo de viejos lobos de mar, mientras Flaquino Oleishon y la pequeña Reina miraban desde la costa a su madre con el agua casi hasta la cintura.
El día de las aguavivas y Oli diciendo: " yo..., al mar... no me meto más".
Los daiquiris de Damián y Joli, la cerveza de Guille y mis piñas coladas en El Califa, con los chicos acodados en la barra y la incursiones nocturnas de las chicas con linterna incluída. ( ¡gracias Marita por batir el café de las 5 de la mañana!). El día que nos quedamos a almorzar en el parador y Guille confesó que era la primera vez que almorzaba en la playa...

Por todo eso, y muchísimas cosas, fueron unas de las vacaciones más divertidas y relajadas que pasamos. ¡Ojalá se repitan!
 
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